DESDE OTRA PERSPECTIVA.

La importancia de las palabras.

Mario Alberto Montemayor Reyes.

Mario AlbertoEscuchando con atención una entrevista brindada por el ex presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, al periodista, Primitivo Olvera, en el noticiero de José Cárdenas Informa de Radio Fórmula, pude analizar un tema importante que manifestaba el Dr. Ugalde y en el que está ligado con Michoacán, precisamente, hacia énfasis en el poder de las palabras en la política y la diferencia entre lo público y lo íntimo, en especial cuando representas a la ciudadanía.

No me cabe la menor duda, que gran parte de la crisis actual a la que se enfrenta el estado de Michoacán, se ha maximizado en el contexto de una crisis política, debido a la enfermedad y posterior licencia del Gobernador Constitucional Fausto Vallejo. En el momento, en que trascendió la licencia que solicitaba el Gobernador Vallejo por motivos de salud, se empeñó a toda costa en ocultar su enfermedad y su estado de salud, acusando el “derecho a la intimidad”. Sin duda comparto el derecho que el C. Fausto Vallejo tiene a la intimidad y a no mencionar aspectos de salud, pero sin duda no estoy de acuerdo en que este hecho suceda cuando se es Gobernador del Estado y representas a más de 5 millones de michoacanos.

Para ejemplificar lo anterior, podemos comparar el hecho con la reciente operación del Presidente Enrique Peña Nieto. En ningún momento, la Presidencia de la República ocultó que el Presidente sería intervenido quirúrgicamente para que le retiraran un “Nódulo Tiroidal”. Se mencionó el Hospital donde se llevaría la operación, el médico que lo intervendría, los procedimientos médicos y la duración de la operación. Se brindó una conferencia de prensa desde el hospital donde se mencionó el éxito de la intervención, el Presidente expresó un mensaje por redes sociales e incluso brindó una entrevista telefónica con Joaquín López-Doriga; es decir, un tema que podía ser íntimo, se hizo público, sin tanto problema y se manejó de manera correcta, todo esto debido a que se trata no de cualquier persona, hablamos del Presidente de la República.

El mismo caso puede aplicarse a Fausto Vallejo. Se debe entender lo delicado del proceso al cual se sometió y los difíciles momentos que debió vivir con su familia, pero sin duda alguna fue un tema mal manejado por el mismo Gobernador, por el Gobierno de Michoacán y por la familia del Gobernador. No estamos hablando de cualquier persona, sino más bien del Gobernador de Michoacán. Estoy seguro que esta crisis política pudo disminuir notablemente si se hubieran dado detalles del padecimiento del Gobernador, sin ir a fondo, sin entrar en detalles, sino más bien haber manejado este tema de forma similar a como lo hizo la Presidencia de la República.

Debo dejar constatado que no culpo de la situación actual del estado a Fausto Vallejo, sería algo absurdo y tonto, pero sí creo que sin pensarlo, propició o incentivó una crisis política, de gobernabilidad y legitimidad en el Gobierno de Michoacán y en la oposición que vio el pretexto ideal para iniciar una serie de ataques, que debilitaron la figura del gobierno, en vez de centrarse en buscar un acuerdo por Michoacán, como lo han hecho el 1 de agosto con el Secretario de Gobernación.

Le queda mucho trabajo por hacer a Jesús Reyna y a Fausto Vallejo, en caso de que vuelva como él lo ha mencionado. Esta administración enfrenta problemas muy serios, que requieren el apoyo de todos los actores políticos y sociales de la entidad, para lograr un verdadero acuerdo por Michoacán. Aprovecho para externar un sincero saludo a Don Fausto Vallejo, esperando que continúe recuperándose, porque si se necesita de su presencia en el Gobierno, como un protagonista del escenario político michoacano.

En esta época de reformas, necesitamos aprender de esta situación atípica en la historia moderna de Michoacán o dicho DESDE OTRA PERSPECTIVA, se debe limitar la delgada franja entre lo íntimo y los intereses de la ciudadanía.

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