REFLEXIONES EN EL SIGLO XXI

La importancia de una pausa.

Rogelio Díaz Ortiz.

Dr. RogelioEl presente siglo se caracteriza, entre otras cosas, por la gran velocidad a la que vivimos, la fragilidad de los membretes, el valor de la amistad , el inigualable apoyo de la familia, el incremento en la esperanza de vida, la intensa búsqueda por encontrar la espiritualidad perdida, la convivencia cotidiana con el estrés , la confusión para jerarquizar adecuadamente felicidad y éxito, las nuevas formas de comunicación, el contraste que experimentan quienes huyen de la obesidad para caer en bulimia, el efecto mediático que hace estereotipos al que muchos aspiran sin alcanzarlos jamás  y en todo ello con  la constante pérdida de energía vital expresada en crisis de insomnio, ansiedad y depresión.

Hace unos días tuve la oportunidad de tomar un breve descanso que me permitió disfrutar de tiempo para meditar, convivir con mi familia, dormir sin presión alguna, saludar algunos amigos, olvidarme de leer, escuchar o estar atento a todo tipo de noticias para en contraste  reflexionar en la intimidad respecto a los últimos sucesos relacionados con mi entorno.

Como resultado de este tiempo de sano intercambio de experiencias, visiones, anhelos e incluso reclamos con mis hijas y esposa recuerdo con precisión las siguientes conclusiones:

  • Alejarse de aquellas personas que tienen como costumbre aprovechar cualquier momento, espacio y lugar para compartir quejas, malas experiencias y enjuiciar a los demás.
  • Intentar vivir alejado de deudas o si se  tienen pagarlas siempre a tiempo y no solo me refiero a deudas económicas sino de todo tipo. Hace muchos años mi padre me enseñó la tranquilidad que se obtiene cuando aprendemos a gastar en relación a lo que tenemos y a saber que si vivimos sin deudas cada peso que traemos en la bolsa es un activo del que podemos disponer con total libertad.
  • Es fundamental respetar siempre nuestra palabra y compromiso por lo que siempre se debe cuidar que el entusiasmo nos gane y establezcamos promesas que después no cumpliremos. Por ello es muy importante saber decir no antes de empeñar nuestra voluntad sin el pleno convencimiento de que es lo que nos agrada, lo que deseamos, queremos y podemos hacer.
  •  Aprender con matemática precisión a diferenciar lo urgente de lo importante para con ello tener la oportunidad de vivir con satisfacción, felicidad y utilidad. Nunca querer monopolizar información, tareas ni toma de decisiones ya que si lo hacemos seremos “indispensables” y difícilmente tendremos tiempo para atender nuestros gustos o necesidades.
  • Siempre darnos permiso para reír hasta de nosotros mismos. Trabajar con pasión, compromiso y entusiasmo reconociendo cada uno de nuestros logros sin que el elogio nos maree ni la crítica nos destruya. Tomando pausas para recuperar energía y descanso que nos revitalice para mantener constante nuestro nivel de compromiso, entrega y resultados.
  • Escoger, organizar y guardar solo lo que realmente usamos. Cada papel, prenda, libro, película, zapatos, recuerdos y hasta cada sueño eliminado todo aquello que solo ocupa un espacio en nuestro escritorio, closet y en nuestra vida  dando lugar a nueva ropa, imágenes, planes, proyectos y hechos. Recodando que el futuro se piensa, construye y finalmente se provoca.
  • Reconocer la salud como uno de los activos más importantes en la vida por lo que es conveniente comer de manera adecuada, hacer ejercicio, respirar a plenitud, mantener limpio nuestro cuerpo  y  mente de todo tipo de impurezas, dormir en tiempo y forma, acudir al médico y al dentista en un ejercicio de prevención más que de curación.
  • No quejarse, no criticar, no estigmatizar a nadie. Enfrentar con paciencia y tolerancia cualquier imprevisto. Aprender a que no existen soluciones mágicas pero que el trabajo suele vencerlo todo. Darle solución inmediata a cualquier pendiente y en su caso aprender a vivir con lo que no lo tenga.
  • Es esencial jamás perder la capacidad de asombro ni la de preguntar el porqué  de las cosas. Se empieza a envejecer cuando todo se acepta sin cuestionamiento alguno.
  • No olvidar el valor estratégico del “mantenimiento” permanente a los afectos. Una llamada, un saludo, una entrevista, una sonrisa, un abrazo, una visita sin aparente motivo siempre generará energía y un saldo positivo.
  • Tener permanente comunicación con Dios, cualquiera que sea su concepción, él es nuestro principal aliado y facilitador de todo cuanto pensamos, decimos y hacemos.

Finalmente después de un reconfortante masaje corporal, de una entretenida charla con mi esposa e hijas he vuelto al aquí y ahora con renovado entusiasmo cierto de que los miedos, la ira y el rencor son los elementos más dañinos para conservar la estabilidad energética que requerimos para vivir bien y de buenas. Espero estimado lector que estas sencillas reflexiones les apoyen para encontrar en el presente todo lo necesario para ser feliz y para construir el futuro deseado. Les recuerdo que para cualquier comentario relacionado con este espacio pongo a su disposición la dirección genesiscronos@hotmail.com   

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