DESDE LA IZQUIERDA.

 

Las cifras tramposas sobre Pemex.

 

Víctor Manuel Báez Ceja.

 

Presidente del PRD Michoacán.

 

Victor Manuel BaezEn las últimas semanas, a partir de que el gobierno del gobierno del priísta Enrique Peña Nieto diera a conocer su iniciativa de Reforma Energética, su administración comenzó una campaña mediática catastrofista y grosera con el propósito de hacer creer a la opinión pública que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) están en crisis y la única opción es la reforma constitucional en materia energética que permita la privatización de las dos paraestatales.

Los funcionarios del gobierno federal, como profetas del apocalipsis, no se han cansado de señalar a diestra y siniestra que Pemex tiene pérdidas, que es una empresa sin capacidad operativa, que es una petrolera mundial en crisis con un boquete de 53 mil 400 millones de pesos.

Para justificar una privatización de la principal empresa de México, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, asegura que Pemex tiene pérdidas, él sabe perfectamente que eso es falso, ya que aporta más de 40 por ciento de los recursos del presupuesto federal.

A pesar de la campaña catastrofista del gobierno federal, la realidad es otra: Pemex tiene un nivel de ingresos de 100 mil millones de dólares  al año y una utilidad de 75 mil millones de dólares, gracias a que obtener un barril de petróleo cuesta a la paraestatal 10 dólares y lo vende en 100, con lo que obtiene una ganancia de 90 dólares por barril.

Pemex extrae del subsuelo  2 millones 600 mil barriles diarios, con lo que genera una ganancia de aproximadamente 260 millones de dólares en 24 horas.

De igual forma, la paraestatal mexicana ocupa el lugar 13 entre las mayores empresas del continente americano y el 34  a nivel mundial.

Si bien es cierto que desde hace 12 años, Petróleos Mexicanos opera en números rojos como consecuencia de un régimen fiscal que reduce prácticamente a cero sus ganancias, una plantilla laboral excesivamente alta, un sistema de pensiones insostenible y la puesta en marcha de proyectos que le han significado pérdidas millonarias.

El gasto de operación de la paraestatal creció de más de 393 mil millones de pesos a más de 979 mil millones en los últimos dos sexenios como resultado de su plantilla laboral y el disparo en el costo de extracción y producción de hidrocarburos.

En los últimos seis años se han realizado dos adecuaciones a su régimen fiscal: la primera en 2006 y la segunda en 2008, derivada de la reforma energética de ese año.

Aunque ambas modificaciones tenían como objetivo reducir las presiones fiscales de la paraestatal, la revisión de sus estados financieros muestran que –a excepción de 2006 y 2012– en los últimos 12 años ha entregado el 100 por ciento o más de sus utilidades a Hacienda.

Tan sólo en 2011 la petrolera registró utilidades por más de 858 mil millones de pesos, pero entregó impuestos por más de 944 mil millones.

Las obligaciones financieras de Pemex aumentaron también como resultado de su plantilla laboral, su contrato colectivo de trabajo y su régimen de pensiones y jubilaciones.

Según cifras de la paraestatal, su plantilla laboral pasó de 132 mil 728 empleados a más de 150 mil en los últimos 12 años. En ese periodo los pagos por servicios personales del organismo aumentaron de 62 mil a 78 mil millones de pesos.

Como vemos, al igual que lo hizo el entonces presidente Felipe Calderón, en 2008, ahora Peña Nieto trata de engañar a los mexicanos con propaganda basada en cifras y datos mentirosos, para abrir el camino a la entrega del petróleo y la electricidad a trasnacionales.

La situación es muy similar a la que se ha dado desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en que se trata de crear un ambiente propicio para la privatización de Pemex, al colocar a la empresa al borde de la quiebra.

Ahora no es distinto, la actual campaña busca ambientar entre los ciudadanos la posibilidad de la privatización. Es una campaña interesada en abrir al capital privado las tareas sustantivas de la petrolera.

 

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