EN PÚBLICO.

Crueldad animal.

Rosmi B. Bonilla Ureña.

Comunicóloga.

“Todos los niños deberían crecer cerca de un animal (…) tal vez así, en quince años, una nueva generación ame más y mate menos”.

Rosmi BuNo es la frase de un conocido filósofo. Sinceramente, no sé quién es el autor. Lo vi en redes sociales y provocó una explosión reflexiva en mí.

He visto también, de manera viral, imágenes de maltrato animal; verdaderas crueldades cometidas con animales de casa (perros, gatos, ratones) y me viene la mente otra frase que también circula en las redes sociales de las asociaciones promotoras de los derechos de los animales: “quien es cruel con un animal, no se detendrá ahí”.

Quienes se dedican a estudiar los perfiles de los asesinos más sanguinarios de la historia han detectado que, justamente en su infancia, fueron niños que maltrataron, torturaron y asesinaron animales.

Ahora bien, la publicidad que estos abusadores le dan a sus actos hoy en día a través de las redes sociales, es más escalofriante todavía pues no sólo disfrutan hacer daño a otros seres, además los enorgullece.

¿Qué esperar de niños y jóvenes que crucifican a un cachorro, lo queman vivo o lo matan a golpes? ¿Dónde están los padres? La crueldad se celebra, se aplaude, se fomenta.  Y mañana, esos niños y jóvenes trascienden la frontera del maltrato animal y atacan a sus compañeros o a un extraño en la calle.

Vivimos en un mundo violento y en un grado de estrés tal que reaccionamos con ira a prácticamente cualquier estímulo. Pero agredir a quien no se puede defender es una verdadera cobardía.

En México hay 23 millones de perros y gatos y de esos, sólo el 30 por ciento tiene un hogar. Un hogar que no necesariamente les procura las mejores condiciones.  El abandono también es maltrato.

Los psicólogos reconocen los beneficios de una mascota.  Una persona que tiene a su cargo un animalito vive más y está menos estresada.  Está comprobado que cuidar a otro ser nos hace levantarnos, movernos, salir. También se sabe que, por ejemplo, acariciar a tu mascota desacelera tu ritmo cardiaco, te relaja, mejora tu respiración y tu cuerpo se oxigena mejor. El contacto físico y emocional con una mascota también ayuda a las personas con depresión y hasta hay animalitos entrenados para apoyar a enfermos terminales o personas con capacidades especiales.

Se recomienda que a los niños se les permita tener una mascota si la piden porque, además de los beneficios emocionales y físicos, se les fomentan el compartir, la responsabilidad, la disciplina, el compromiso y el cuidado por otro ser.

Pero, sobre todo, quienes tenemos mascota sabemos que lo mejor es que aprendemos lecciones de respeto y de amor incondicional todos los días.

 

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